(e)Maquinarias

A cada momento uno tiene ideas locas que rayan en lo indecible. Bueno, aca no están.
Pero hay algunas que si se pueden decir y a veces vienen de visita: ¡Conozcámoslas!

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Location: Argentina

Sunday, September 02, 2012

Capítulo seis: El amor es eterno mientras dura.

Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en que el hombre sabe para siempre quién es..

-- Jorge Luis Borges, Biografía de Tadeo Isidoro Cruz




El amor es eterno mientras dura.
Vamos a encarar el problema del amor verdadero. No sé por qué alguien querría aplicar una valoración epistemológica a los sentimientos, pero existe la idea de que el amor verdadero es para siempre (eterno en el sentido de que se extiende hasta el final y no termina antes que nada, concluye con el final de todas las cosas). Si la idea existe, pensemos cómo puede ser entendida y cuales son los problemas que surgen de esa concepción.

¿Cómo reconocer el amor verdadero? Esto plantea serios inconvenientes, porque si el amor verdadero es el eterno, entonces depende de la eternidad para establecer su condición, debemos conocer el desenlace de lo eterno para conocer la condición de nuestro amor. ¿En qué basamos nuestro saber para poder someter a esa bestia salvaje que es el futuro? No en análisis científicos ni en teorías de la razón, deberíamos ir a algo más profundo, al sentimiento de ese amor. En el sentimiento se expresa su verdad, se que mi amor es eterno porque puedo sentirlo, no hay ninguna duda ni posibilidad de error. Esto implica que nuestro sentimiento tiene autoridad sobre la eternidad, de lo contrario deberíamos esperar la eternidad para asegurarnos de que nuestro sentimiento es auténtico y no nos equivocamos. Cómo hacer para conferirle a nuestros sentimiento un poder sobre la eternidad? Es un problema central porque de no poder someter a la eternidad no puedo decir que mi amor es verdadero aunque así lo sienta. Estoy atado a la fatalidad, mi amor debe estar destinado a ser eterno, no tengo otra salida. Introduciendo el destino puedo decir que mi amor es verdadero porque así lo siento, mi sentir es signo y evidencia de que mi amor será eterno. Si mi amor no estuviera destinado a la eternidad yo no lo sentiría así, la razón por la cual puedo sentir lo eterno de mi amor es evidencia de su condición. Ya no hay ningún problema, el amor verdadero es eterno y lo reconozco en mi sentir porque es signo de la eternidad. Mi sentir se extiende como un puente desde mi presente hacia lo eterno fundamentando la veracidad de mi amor. Mi amor no solo me deleita al embriagarme sino que me hace eterno al encaminarme para siempre de su mano.

Suena bonito, pero hay alternativas para fundamentar un amor verdadero en tanto eterno sin someternos a la fatalidad? Estamos encantados con el amor verdadero y eterno, y con poder reconocerlo en nuestro sentir, pero yo quiero algo más. No puedo aceptar que el amor verdadero no sea eterno, pero no puedo aceptar tampoco que no sea libre. Tengo la necesidad de liberar el amor de la fatalidad para poder considerarlo verdadero, sin que deje de ser eterno.

Volvamos al principio y veamos qué podemos hacer. ¿Cómo reconocer el amor verdadero? Si no puedo lograrlo no puedo determinar la verdad de mi amor hasta no esperar toda la eternidad y ver si logra alcanzarla. Debo saber que mi amor es verdadero y lo sabré por mis sentimientos, hasta ahí todo sigue igual. Pero mi saber basado en mi sentimiento debe someter a la eternidad sin a la vez ser sometido por el destino. Quiero fundar mi libertad, que la eternidad se someta a mi libertad. Si el destino no quiere que mi amor sea eterno, si la eternidad no tiene contemplado mi amor, tanto peor para el destino y lo eterno. Mi amor es verdadero porque así lo siento, y si así decido seguir sintiéndolo para siempre no voy a dejar que el destino se oponga, voy a torcer el destino. Todo muy lindo, pero de nuevo, ¿cómo sé si voy a lograrlo, cómo reconocerlo sin esperar a al final de la eternidad para encontrar mi triunfo o mi derrota? Bueno, digo que no importa, digo que mi amor es eterno y verdadero porque es también libre, y que es eterno no porque haya terminado siéndolo sino porque va camino a serlo. Mi amor es eterno porque va camino a la eternidad, pero no va camino a ella por estar destinado sino porque yo lo decido, yo lo encamino, mi amor se encamina. El valor de la eternidad ya no reside en alcanzarla sino en transitar hacia ella, ese es el valor de la eternidad. Mi amor no va a ser eterno al concluir su viaje, va a devenir eterno al transitarlo. Mi amor es verdadero y eterno porque así lo siento, y también es libre porque así lo quiero, y va camino a la eternidad porque la misma se haya en su tránsito. Mi amor es verdadero porque a cada minuto que pasa lo hago eterno en el vivirlo. No solo es verdadero a cada instante sino que deviene verdadero todo a lo largo. La verdad ya no se somete a la eternidad sino al tránsito hacia la eternidad, esta idea es mucho más romántica y bella que aquella donde el destino gobierna, mucho más pura e inmediata, más fiel al sentir. Puede ser trágica también, porque nada me garantiza que le gane al destino, seguramente perderé, pero ya no importa porque el tránsito es el verdadero valor, el camino que se recorre es lo importante. Hay una inversión del concepto de verdad, en vez de depender de la concreción de la eternidad, depende del tránsito hacia la misma; una verdad mucho más acorde al sentir inmediato y no encadenada a nada sino como fuerza pura.

Aquí y ahora es eterno, eso es lo que la eternidad significa. El verdadero amor es el transitorio.







Nota: La palabra "amor" es un recipiente vacío, puede ser llenado con otros conceptos, es sólo una excusa para este ensayo sobre la libertad. Siguiendo el mismo camino puedo afirmar que no tiene éxito el que triunfa sino el que no deja de intentarlo, no conoce más el que termina de aprender sino el que no deja de hacerlo, no está más vivo el que se conforma sino el que se resiste.

Friday, January 07, 2011

Capitulo Cuatro: Hidrografía del centro.

-Neuromante -dijo el muchacho, entornando los ojos grises y alargados de cara al sol
naciente-. El camino a la tierra de los muertos. Donde tú estás, amigo mío.
.

-- William Gibson, Neuromante




Hidrografía del centro.
Hoy estuve caminando la fría mañana del microcentro porteño, viendo las mareas y mareas de gente sin rostro que seguían un orden de movimiento impuesto hace tiempo, como un río. Ríos de gente, tan ajenos a mi visión ajena de esa correntada, que no eran mas que agua que fluía. Agua que fluía con extrema eficiencia, apretujada como ganado, pero sin embotellamiento. Leyendo su programa para hoy en una imprenta de baja calidad.

¡Ríos de sangre! La sangre purificada por el pulmón de la noche, dispuesta a traer el alimento y la energía a las venas de la maquinaria moderna, yo era un polizonte, un infiltrado, desde un sector humeante del pulmón. Tuve el descaro de salir del río y quedarme un minuto en la orilla viendo el fluir, mojando apenas mis pies en esa sangre como quien no se anima a entrar de golpe al mar en la playa.

¡Qué imagen dantesca! ¡Qué precisión milimétrica! ¡Qué horrorosa hidrografía del centro!

La muerte del individuo.

Sunday, November 08, 2009

Capitulo Tres: La Chica Del Parque.

Ahh, sí! Trabajo. Hace mucho tiempo se vendían almas a cambio de inmortalidad o riqueza. Ahora se hace por la promesa de trabajo.
El espíritu humano se ha devaluado. Cómo debe reírse el diablo.

-- Garth Ennis, Hellblazer





La Chica Del Parque.
Déjame que te adore, pues puedo ver que eres un Ángel.

Que soy un tonto y que me vaya? Sería una pena que esas duras palabras fueran lo único que pudiera atesorar de la vez en que tuve un encuentro con un Ángel. Aunque de ser lo único que llevara conmigo, eso y un firme presentimiento de tus invisibles alas, sería feliz hasta la tumba. Empiezo a sentir una inmensa lastima por todos aquellos condenados a vivir su vida entera sin nunca encontrarse con un Ángel.

Que si soy un poeta raro o algo así? ja. La vergüenza me reprocha ostentar tal titulo y también me lo impide una ineludible y malvenida honestidad. Solo soy uno más, un simple grano de arena en una playa vacía. Un fantasma capturado en la eternidad de tus ojos, demasiado pequeño antes tu grandiosidad de Ángel. Una pequeñez orgullosa, eso sí, y consciente de su importancia en el gran esquema que los mortales ignoran. Quizá sea la gota que derrama el vaso o el azote ultimo que desata la revolución, o quizá solo una gota. Pero ahora siento el prestigio de ser esa ola en la marea que conoció a un Ángel; cual de las siete maravillas del mundo tendrá el descaro de reclamar semejante honor?

No! Juro por mis recuerdos, que son mi única posesión de valor que tengo y tendré que no estoy drogado ni borracho. Confieso haber sentido el miedo de creer alucinar cuando vi de lejos un Ángel, pero ya confirme la admirable fidelidad de mi vista, que muchas veces me ha engañado, pero solo por mi bien, y ahora me está prometiendo ser sincera y yo le creo, pues todo disfraz cae ante la presencia de un Ángel.

Si supiera lo que busco te respondería sin titubear, Ángel, me siento ciego de deseos. Sé que hay cosas que persigo y tengo metas que alcanzar, pero las veo como sombras y se asustan y se esconden ante la luz de un Ángel. Cada cosa que creí importante alguna vez me parece ahora tan barata. Solo me preocupa venerarte hasta mi último aliento, el cual si mi corazón no deja de golpear con tanta fuerza e incansable ritmo contra mi pecho, creo que llegará muy pronto.

Nada que pueda darte es digno de ti, no me pidas nada pues. Solo puedo darte todo y así, aun, creo que te quedaría debiendo el vuelto. Ojalá hubiese sido un tonto y me hubiese ido, no me sentiría el pobre diablo que soy, con las manos vacías de todo lo que es caro al corazón de un Ángel salvo mi alma. Ansiaría se un poeta raro, pues hace falta el genio de uno para inventar palabras que pudiera regalarte, pues las que hay suenan vulgares para regalar a un Ángel.
Anhelaría estar drogado o borracho y ofrecerte una conciencia que no hallo en mi razón. Pero al menos se qué deseo a partir de ahora: crecer hasta ser más grande que el mismo universo y regalarme a ti, algo digno de un Ángel.

Qué dices? De verdad? Sí! Con alegría, claro que acepto tomar una cerveza.

Friday, June 02, 2006

Capitulo Dos: El que camina por el costado de la vereda

Olas gigantes que os rompeis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre la sábana de espumas,
¡llevadme con vosotras!

-- gustavo Adolfo bécquer, Rimas y Leyendas





El Que Camina Por El Costado De La Vereda.

Hay misterios que están ocultos a simple vista y que vaya uno a saber por qué, no podemos ver. Así mismo pasa con ciertas sociedades. Una vez caminaba por una famosa avenida del microcentro y me ofrecieron un volante, en realidad intentaron ofrecérmelo, pues hice uso de un artilugio gimnástico, que poseía escondido como arma secreta para este tipo de situaciones, para esquivar a la chica; a medias chocando con un coreano que quería sacar una foto de su mujer en medio de la marea de gente y haciéndome el apurado como excusa para mi infantil actitud, lo estaba logrando. En ese momento escuche a quien supongo era el jefe o empleador de la chica decirle algo que me quedo grabado y que seria el comienzo de un descubrimiento asombroso. El hombre le decía que el que va por afuera no quiere nada, el que camina por el costado de la vereda lo hace porque no quiere nada. Entonces pensé, tiene razón, nunca lo había pensado, pero había mucho mas oculto en esa sentencia de lo que el hombre podría haber imaginado.
Ese mismo día ni bien llegue a casa, me puse a escribir un articulo que fue publicado en una de las secciones mas interesantes (y también ignotas) del diario La Razón, una oscura pagina dedicada al pensamiento y a la filosofía, la cual era automáticamente salteada sin compasión por el 95% de la gente puesto que justo a continuación estaba la sección de deportes y, realmente, el ansia de conocimientos acerca de a que jugador le paso que cosa en época del mundial de fútbol es irresistible incluso para mi, que me considero un completo desapasionado de ese deporte, el mundial tiene esa magia. Esa era la principal razón por la cual esa sección era casi nunca leída, al llegar al final del diario la gente ni recordaba que se había salteado una sección y, de todas formas, nadie lee el diario en su totalidad. Tengo la firme convicción de que el único motivo por el cual la pagina no era removida del diario era que no querían boicotear a ninguna otra dándole tan temible ubicación. Pero lo importante fue el tema de ese articulo, no voy a reproducirlo aquí, prefiero remitirlos a la pagina 19 de la primera edición del diario La Razón del día 16-05-2006. A modo de breve resumen diré que se trataba de lo siguiente...

"Caminar por la parte de afuera de la vereda no es solo evitar el trafico de gente que hay en avenidas pobladas a hora pico, es una declaración de la propia alma de una persona hacia el mundo. El que camina por afuera no quiere nada. No quiere ni que le vendan un celular ni que le sometan su voluntada con un ofrecimiento de tenedor libre. Pero tampoco quiere creer que el universo es lo que le cuentan. Las personas que caminan por el lado de afuera de la vereda no lo hacen porque el apuro los lleve a tratar de superar en posición a los demás transeúntes, pues también suelen caminar más rápido que los demás y esquivarlos como sea cuando no tienen ningún apuro. Yo creo que el querer desentenderse de los obstáculos en ves de fluir con la corriente es una muestra de que están buscando algo. Ni ellos mismos saben que cosa es. Es una búsqueda de la inmortalidad por medio de superar a la luz en velocidad, no van a poder, pero el intento es respetable..."

No era nada del otro mundo e incluso pienso que podría tacharse de irracional. Para mi sorpresa llegaron bastantes emails para desafiar al artículo. Incluso algunos reclamaban que me ocupe de los políticos que roban en lugar de meterme con la gente que camina por donde le dan ganas de caminar. Me guardé la experiencia como anécdota y empecé a trabajar en una serie de artículos que iban a ocupar las futuras ediciones y que iban a dedicarse a la germinación del poroto y su relación con los tsunamis (si esto de verdad les parece descabellado deberían leer la contratapa del diario Crónica). Esa tarde me llega un llamado telefónico desde la redacción del periódico para avisarme que hay un sujeto que tenia información muy importante que suministrarme, pero que solo hablaría conmigo. Les dije que estaba muy ocupado y que le dieran mi dirección para que me visite. No es algo que me guste hacer pues prefiero encontrar a esos sujetos en cafés y lugares públicos, la mayoría solo quieren llamar la atención y no tienen nada que valga la pena ser contado en un diario. En solo media hora el hombre estaba tocando mi timbre, cuando lo recibí noté que estaba sumamente nervioso, incluso sudaba y miraba hacia atrás (quizá temeroso de que estén persiguiéndolo). ahí me di cuenta de que el tipo estaba completamente chiflado, aun así decidí ver que tenia para contarme.

Me dijo que había leído mi articulo y que el tenía información de los que caminan por el costado de la vereda. Hablaba muy despacio, aunque parecía tener una voz muy potente a juzgar por el timbre y el tono, le pregunté que era lo que lo ponía tan tenso. Empezó a desplegar ante mí su historia. Los que caminan por el costado de afuera de la vereda no son pocos y se conocen bien entre ellos, incluso tienen un club privado, él mismo formaba parte de ese "club". Eso es lo que Creí cuando me hablo de sus reuniones. Me empezó a preguntar por que la gran maquinaria corporatista no dejaba que el pobre peatón caminara libre por la vereda sin ser asaltado por una horda de maniáticos que se proponían informarlos de donde compraban oro y pagaban mas, cueste lo que cueste. En realidad estuve de acuerdo con el, me dijo que la organización de los que caninan por el costado de la vereda (la cual es una organización mundial, la de argentina es solo una célula del todo) tenían planes de que los volanderos y gente vendedora debían permanecer contra la pared, y solo ofrecer un volante o publicidad e información a quien lo solicitase expresamente. Quizá parezca un poco extremista, pero creo que seria genial. "De esta forma la ciudad estaría mas limpia", me dijo, pues quien pidiera un volante seria porque lo quiere y no lo tiraría en el piso entonces. Muchas mas ventajas menciono sobre ese plan, a lo cual asentí y proclame mi apoyo, le dije que eso estaba muy bien planeado. Pero el empezó a hablar de los vendedores que se lanzaban al ataque ni bien uno se para a ver una vidriera. ¿Por que no nos dejan mirar tranquilos y después, si queremos comprar algo, les avisamos? Para lo cual no tuve respuesta, siempre me molesto sobremanera esa actitud tan aborrecible. Me dijo que planeaban lograr que esos vendedores solo pudieran hablar cuando se les preguntaba. A pesar de que puede sonar autoritario, debo reconocer que tuve la sensación de que el mundo seria un lugar mejor si estos planes se cumplían.

Quise cambiar de tema y le pregunte como se había enterado del grupo y como logro al fin formar parte de él. Me dijo que ellos tienen una red muy amplia que se ocupa de buscar sujetos con esas características, y que llegado el momento de alguna u otra manera se ponen en contacto con esa persona y la inician en su grupo. Que en su caso fue un hombre que acudió en su rescate cuando estaba a punto de agarrarse a golpes de puño con un vendedor de un local de ropa de Once, hacia como 3 años atrás. Esa persona solo le dijo unas pocas cosas y se fue. Pero eso fue suficiente, me dijo que "llegado el momento, todos supimos cuando y adonde ir", de una u otra manera, como una llamada interior, sin ninguna invitación.

"Muy bien", le dije. "¿Por que está traicionando a su grupo al contarme esto? ¿Ya no esta de acuerdo con sus fines?" Con horror me escuche como me contaba acerca de los planes mas aborrecibles que pudiera imaginar. Ellos querían caminar libres por la calle, sin molestia, pero no solo llamaban molestia a la ola de publicidad y vendedores. También incluían a los mendigos, querían borrarlos de la faz de la tierra. Empecé a tener algo de miedo. También habló de los que caminan en grupos y ocupan todo el ancho de la vereda, no dejando avanzar al que camina más rápido. Lo decía con un tono casi enojado, debo reconocer que muchas veces me sentí incomodo cuando se me acercaba alguien a pedirme una moneda para el colectivo con un olor a vino barato que podría acabar con la vida vegetal en su cercanía en solo cinco minutos. Pensé en los que me piden monedas en la ventanilla del tren y en los que limpian los vidrios (limpios) de los autos (sin autorización del dueño) en los semáforos. Pero lo de la gente caminando en grupo me parecía mucho. Después hablo de las personas ancianas que no tenían velocidad para caminar. ¿QUE QUIEREN CON ELLOS?!! Exclame indignado. Me dijo que pensaban dividir las veredas en distintos andenes con distinta velocidad, como una autopista o avenida grande. Pregunte si eso no era fascismo y los ojos le brillaron a la vez que pude notar una sonrisa en sus labios, pero solo se encogió de hombros y no respondió. Por fin dijo que ellos eran cada vez más en número, y que llegado el tiempo, se alzarían en una revolución para moldear el mundo según su visión.

"No debí haber venido." Dijo por fin poniéndose nervioso. Se echo hacia atrás tropezando con una silla y cayendo al piso. Se levanto rápidamente y fue hasta la puerta de salida. Me miró y no puedo saber qué ocultaba esa mirada, pero sentí un escalofrío. "No falta mucho" dijo, abrió la puerta y desapareció como alma que se lleva el diablo. Fui hasta la puerta para cerrarla con llave, en esta ciudad hay que ser precavido.

Me quedé pensando. Si aplacaran un poco sus ánimos y buscaran un equilibrio hasta yo mismo los seguiría. Podría haber un cambio importante en la sociedad, eso seria muy agradable, en lugar de la masacre que planteaban. Podrían buscar acomodar a los mendigos en algunos lugares adonde la persona que se sienta caritativa pudiera dirigirse a depositar una moneda, en vez de exterminar a personas que comen gracias a la generosidad de los transeúntes.

Yo confieso caminar mucho por el costado de la vereda y siempre sentí que había algo en ello, algo oculto. No pertenezco a su sociedad, aunque ahora no se bien el por qué de que esa persona haya venido a contarme a mi de entre todas las personas de la ciudad sus secretos mas oscuros. ¿solo quería confesarse para sentirse mejor consigo mismo, sabiendo que nadie creería la historia ni aunque la publicara en el diario Clarín? ¿O será que acaso no estoy completamente en contra de su pensamiento y ellos lo saben? ¿Será que solo me están dando la pista para entrar a su grupo reducido? en el suelo veo un papel que se le cayo al hombre. Tiene escrito un horario y un lugar...

Tengo curiosidad, es a unas cuantas cuadras de distancia y es casi la hora. Debo apurarme o llegare tarde. Quizás caminando por el costado de la vereda llegue a tiempo...
----------------------------------------FIN????

Wednesday, May 03, 2006

Capitulo uno: La escalera Mecánica

- Un parpadeo. Eso es todo lo que es. Una pequeña discontinuidad al final del tiempo. Una última oportunidad de corregir las cosas, dicen algunos. La Esfinge Clama que no estamos realmente aquí en absoluto. Que somos una ilusion, una oscilacion en el borde del horizonte de acontecimientos.
- ¿qué serías tu, niño, si regresaras a tu propio tiempo?

- No lo se. Quizá un mago, no estoy seguro.

------------------------------------------------------------- Neil Gaiman, The Books of Magic.


La Escalera Mecánica

Ya casi no recuerdo lo que era el adelante o el atrás. Digo “era” pues no se si siguen aún existiendo esos dos conceptos. Si bien la gravedad puede dar claros para definir esas direcciones y aun puedo ubicarlas en el eje cardinal, para mí ya no pueden más que hacerme reír. No puedo recordar la última vez que avancé o retrocedí; recuerdo algo, un fogonazo de memoria, un flash: La ruta, mi esposa y mi hijita… de repente una luz y el golpe.

Y ahora esto. Hasta cuando no lo se.

Estoy parado en una escalera mecánica, una idéntica a la que hay en los centros comerciales. Pero esta es distinta, si hasta juraría que tiene vida y su único deseo es jugar conmigo. La cuestión es que es mecánica en el sentido literal de la palabra: No sube ni baja, no hace nada a menos que yo lo haga. Pero lo hace en el sentido contrario, y su velocidad varía según la mía propia. Mucho me pregunté como llegó esto a pasar y ya no se si esto es lo normal y los recuerdos son locuras. ¿Cuántos años hace que estoy aquí? Creo que el tiempo ya se ha unido al adelante y al atrás, ha dejado de tener vigencia. Otra magnitud que no tiene más sentido.

Creo recordar que en mi otra vida (si es que la hubo) había cosas extrañas que apenas recuerdo, pero que siento que aquí faltan: como el dormir. No se si al principio creí estar dormido y soñando esta escalera o si en verdad existía el dormir en la otra vida, solo se que de ser así no he vuelto a experimentarlo.

¿Qué habrá al final de la escalera? (o a su principio, según se mire) Eso ya no me incomoda ignorar. ¿Cómo hacer para llegar arriba o abajo? ¡Ah! Ya dejé de intentarlo hace mucho tiempo. Tampoco me atormenta el hecho de conseguir comida, nunca tuve hambre desde que estoy aquí y no espero tenerlo. Ni recuerdo lo que es el sabor a la comida.

No hay nada alrededor de aquí, esto es como una escalera mecánica flotando en el limbo. Lejos hacia arriba y hacia abajo, y hacia los lados, la niebla cubre todo; y más allá, una adivinada oscuridad. Mi existencia es rutinaria y sin sobresaltos, no hay manera de escapar; una vez traté de caer, rodar por los escalones hasta el fondo, pero la velocidad se elevo de tal manera que rebotaba siempre en el mismo lugar o a la misma altura si es que eso sigue existiendo. Y el dolor de los golpes se que sigue existiendo. No pienso saltar por la baranda y caer al vacío, aún siento miedo de hacerlo. Quizá en algún momento del futuro me anime a hacerlo, pero ya estoy tan acostumbrado a mi existencia que lo dudo. Así que aquí me encontraras cuando quieras verme, no te apresures en volver.

El hombre es un animal de costumbres dicen. Creo que es cierto, pero también lo es que el que no arriesga no gana. Nuestra escalera no está después de un choque sino aquí y ahora. ¿Tendremos el coraje de saltar al vacío?

Presentacion

Quiero darles la bienvenida a todos. Espero que alguien les haya avisado o sugerido que entren y saluden y esten leyendo esto. Me gustaria usar este espacio para el encuentro con pensamientos que de otra manera flotarian en el limbo hasta el final de los pensamientos. Tambien me gustaria que se armaran polemicas y discuciones, quizá hasta enfrentamientos de ideas.
Veremos si al menos consigo el saludo de alguien. Veremos, como me dijo alguien hace un rato, qué nos depara el destino.

Monday, May 01, 2006

Esta es la primera prueba

Aca solo va la prueba de escritura. Es solo para un juicio rapido de las virtudes de la informatica por sobre la máquina de escribir real. No intenten esto en casa.